Don Darío, el Súper Ratón de La Lotería de Medellín...
“Me dicen así porque soy una
persona muy activa y pequeña"
Desde el año 1967 don Darío,
a quien popularmente llaman el "Súper Ratón", conoció el oficio de
vendedor de la Lotería de Medellín.
Fue en Cali donde su hermano
mayor, desde muy pequeño, lo motivó a vender los billetes de la suerte que
traía la Lotería de Medellín. Don Darío se enamoró rotundamente de su oficio y dos
años después llegó a la ciudad de la eterna primavera, donde se instaló y
recorrió cada rincón de Medellín vendiendo la Lotería.
"Nunca en la vida me ha
faltado nada y desde que vendo billetes de la suerte he aprendido y valorado lo
bonito de la vida"
Don Darío todos los días se
levanta con la ilusión de poder venderle a sus clientes el billete ganador,
pues son ellos los que diariamente lo buscan y hasta lo esperan para comprarle.
Lleva más de 24 años en el sector de la Alpujarra y desde muy temprano llega en
su bicicleta roja y se instala cerca de la oficina de pasaportes.
"Los clientes míos me
quieren, yo soy una persona muy activa, muy amable, muy buen compañero y,
sobretodo, soy una persona muy feliz”.
Con su sonrisa y
personalidad Don Darío a lo largo de su vida le ha regalado la suerte a más de
cinco personas, con el Premio Mayor de La Lotería de Medellín.
"Realmente me he sentido
muy feliz de poder darle la suerte y felicidad a mis clientes, vendiéndoles los
billetes ganadores. Sólo hubo uno que hasta dejó de venir y saludarme para no
darme la liguita, supongo, pero de resto todos me han dado una buena
recompensa", nos contó.
Durante su trayectoria con la
Lotería de Medellín, el súper ratón compraba su billete dos veces al mes. En el
año 1987 la suerte que daba a otros lo tocó a él. Tuvo la fortuna de ganarse el
Premio Mayor, más de $20.000.000 de pesos y pudo cumplir uno de sus más grandes
sueños, tener casa propia, la cual está ubicada en el barrio Caicedo y donde
vive solo hace más de 25 años.
"Ese día no me las
creía, se puede decir que ha sido uno de los días más maravillosos y
sorprendentes de mi vida, me temblaban los pies y me salían muchas lágrimas de
felicidad, yo nunca me imaginé ser ganador de la Lotería de la Medellín, nunca
se me pasó por la cabeza"
Para Don Darío es un honor
ser embajador de la Lotería de Medellín, no se arrepiente ni un solo instante
del que llama el mejor oficio de su vida.
"Es aquí en la Lotería
de Medellín donde tengo una hermosa familia, he conocido miles de personas
maravillosas y he podido cumplir cada uno de mis sueños, como no amar mi
oficio, si es lo que me da el diario vivir y me ha convertido en una persona
feliz y afortunada”.
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