Años dedicados a la venta de lotería traen como resultado hijos levantados, nietos para el disfrute, amigos de cada ocho días, reconocer un espacio de la ciudad como propio, saberse las necesidades de sus clientes, reconocer sus logros y comprender sus crisis. La relación de lotero y cliente es algo que se hace evidente en el tiempo y en los cortos momentos que se comparten.
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